sábado, 8 de febrero de 2014

Descartes y las pruebas de la existencia de Dios


Estos días estamos leyendo las pruebas que da Descartes de la existencia de Dios, y que supuestamente servirían para romper la singularidad y clausura de la conciencia hacia el mundo real. La evidencia de una realidad independiente y exterior a mi conciencia, Dios, la idea de un ser perfecto (y que por su misma perfección, debe existir), rompería el solipsismo en el que se encontraba la conciencia; una conciencia que había escapado de la duda metódica, pero no podía afirmar todavía la existencia de una realidad exterior, ni siquiera de su propio cuerpo. Para ello, Descartes recurre a la idea de Dios, que algunos autores interpretan como un símbolo de la razón, una garantía de que la realidad se rige por una racionalidad homogénea a la de nuestra conciencia, lo que posibilita su conocimiento. El mundo y nuestra conciencia se rigen por una misma y única razón, simbolizada en la figura de Dios.

Argumentos de Descartes sobre la existencia de Dios en el texto que hemos comentado (4ª parte del Discurso del Método):

- Argumento de la idea de la perfección divina en nuestra conciencia. Descartes afirma que él que no es del todo perfecto (pues mayor perfección conocer que dudar) poseía la idea de algo perfecto. Pero, si es imposible que algo perfecto surja de algo imperfecto, ¿de dónde podía haber extraído entonces esa idea? Y concluye que tuvo que ser de una realidad, un ser perfecto, que existe independientemente de su conciencia. Luego Dios existe y es la causa de la idea que yo tengo de tal perfección absoluta.

- Argumento de la dependencia humana, en su imperfección, respecto a la perfección divina. Además, continúa Descartes, puesto que existen muchas perfecciones que yo no poseo, mi existencia debe depender de un ser más perfecto que yo, pues si yo existiese por mí mismo, independientemente de cualquier otro ser, me hubiese dado todas las perfecciones que concebía en Dios.

- Por último, Descartes presenta una variante de la prueba ontológica de la existencia de Dios. Afirma que la idea de triángulo conlleva de modo claro y distinto sostener que sus ángulos sean iguales a dos rectos. Esto no demuestra que existan triángulos en el mundo, pero sí demuestra, de modo necesario, que no puede concebirse un triángulo en el que sus tres ángulos  no sean iguales a dos rectos. Respecto a la idea de Dios, Descartes afirma que ve de modo claro y distinto que es un ser absolutamente perfecto. Pero, además, en este caso, tal idea debe ir acompañada necesariamente de la existencia, porque negar la existencia de un ser perfecto sería tan contradictorio como negar que en el triángulo sus tres ángulos sean iguales a dos rectos. 

 Entremedias de estos argumentos, Descartes también analiza la naturaleza de ese ser perfecto, Dios. Y, para ello, utiliza la que se conoce como vía negativa: en Dios no cabe la posibilidad de lo imperfecto por lo que negamos en él los atributos de los seres imperfectos. Así, ni la tristeza, ni la duda, ni cualquier otra imperfección se pueden atribuir a Dios.
Igualmente, tampoco se lo puede concebir como compuesto de cuerpo y alma, pues la complejidad implica independencia; es decir, imperfección. Dios debe ser simple, sin mezcla con la naturaleza corporal, subsistir por sí mismo (causa sui), en tanto que en los seres imperfectos la esencia no va acompañada de la existencia.

  Ahora os dejo con una divertida presentación sobre los argumentos cartesianos sobre la existencia de Dios. Incluye la polémica de Descartes, sobre este tema, con Hobbes y Gassendi realizado por Nicolás Brando de la Universidad Pompeu i Fabra



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