domingo, 16 de febrero de 2014

Panorámica histórica de la Inglaterra del siglo XVII.

Contexto histórico de J. Locke. Inglaterra, s. XVII



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         1601 Creación de la Compañía Inglesa de las Indias Orientales.
·        1603 Jacobo I sucede a Isabel I.
·        1607 Ocupación de Virginia, primer asentamiento británico en Norteamérica.
·        1625 Carlos I sucede a Jacobo I.
·        1642 Comienza la guerra civil.
·        1649 Carlos I es ejecutado y Oliver Cromwell instaura la República.
·        1651 Acta de Navegación: Oliver Cromwell adopta medidas proteccionistas para el                comercio inglés.
·        1655 Los ingleses arrebatan Jamaica a los españoles.
·        1660 Se restaura la monarquía en la persona de Carlos II. Los ingleses ocupan Belice.
·        1667 Por la paz de Breda los holandeses ceden a los ingleses Nueva Amsterdam, que            pasa a llamarse Nueva York.
·        1670 Por el tratado de Madrid, España cede las Bahamas y Jamaica a Inglaterra.
·        1678 Fundación de la primera factoría inglesa en la bahía de Hudson.
·        1685 Jacobo II sucede a Carlos II.
·        1688 Revolución Gloriosa. Con Guillermo III de Orange-Nassau se instaura la                            monarquía constitucional.
·        1694 Fundación del Banco de Londres.

INGLATERRA EN EL SIGLO XVII

LOS PRIMEROS ESTUARDO.

Tras los autoritarios, pero efectivos gobiernos de la dinastía Tudor, Inglaterra se incorpora al siglo XVII con la nueva casa reinante de los Estuardo, monarquía que intentó practicar el gobierno absoluto con todas sus consecuencias, en una sociedad que venía luchando por garantizar espacios de libertad frente al Estado. Jacobo I, Carlos I, Carlos II, Jacobo II serán los actores de un período decisivo en la historia inglesa.

Durante el gobierno de los Tudor (1485-1603) se configuró un Estado moderno y la estructura socioeconómica que posteriormente haría de Inglaterra una gran potencia europea. Desde un punto de vista económico, el desarrollo de la industria manufacturera y de la actividad mercantil debilitan la estructura económica feudal. En el aspecto social, los pequeños y medianos propietarios agrícolas y el sector mercantil de creciente poderío, constituirán una pujante clase media, que hacia fines del siglo XVI ya está en condiciones de medir sus fuerzas con la monarquía.

El ascenso de los Estuardo al poder, su defensa del derecho divino de los reyes y del intento de aplicar un gobierno absolutista marcarán el inicio del conflicto entre la monarquía y los sectores sociales ascendentes, pugna que se manifestará como un enfrentamiento entre la monarquía y el Parlamento, institución que el absolutismo de los Tudor no había logrado eliminar.

Para los Estuardo, el poder se basa en el derecho divino. Al Estado se le considera como una propiedad de la familia reinante, pudiendo disponer de él de acuerdo a su criterio, en especial en lo relacionado con el establecimiento de nuevos impuestos.

En la pugna por el poder la monarquía no se encontraba sola ya que hábilmente logró atraerse el apoyo de la aristocracia y de la jerarquía anglicana, que pretendía consolidar su poder sobre los católicos, los puritanos (variante del calvinismo) y los disidentes anglicanos. Así, al factor político, se agrega el ingrediente religioso, resultando una mezcla explosiva.

Jacobo I


La muerte de Isabel I en 1603 representó el fin de la dinastía Tudor, por lo que la corona pasó a la familia reinante en Escocia, los Estuardo. El primer rey de esta dinastía, Jacobo I (1603 – 1625), quien reinó hasta 1625, tuvo ya que afrontar dificultades por la diferencia entre sus concepciones políticas absolutistas y la tradición política inglesa (Common Law).

Llevando su mentalidad absolutista al plano religioso, hostilizó a quienes no profesaban el anglicanismo de la Corona: esto obligó a muchos puritanos a emigrar. Si consideramos que siempre fue visto como un extranjero, y que además no auxilió a los protestantes alemanes en la Guerra de los 30 Años, por su ya mencionado Absolutismo (para enviar tropas habría tenido que establecer nuevas contribuciones, pero esto solo lo podía autorizar el Parlamento, al que el rey no quiso convocar), podemos imaginarnos que fue un soberano notablemente impopular.  (Sabías que… Los puritanos que emigraron a América del Norte son llamados en EEUU “Padres Peregrinos”. El “Día de Acción de Gracias” que hasta hoy se celebra en EEUU recuerda el apoyo de los indios a estos fundadores de una nueva sociedad)

Carlos I


A su muerte reinó Carlos I (1625 – 1645), con quien las dificultades aumentaron debido a que el monarca, para poder llevar a cabo la política exterior que exigía la opinión pública, recurrió a prácticas que atentaban contra las tradiciones políticas, como empréstitos forzosos y tributos sin consentimiento del Parlamento. Este reaccionó exigiendo al Rey la firma de una Petición de Derechos (1628), que anulase las arbitrariedades decretadas. Carlos accedió, pero poco más tarde disolvió el Parlamento para a continuación gobernar sin él por 11 años, implantando un régimen absolutista.

Durante este periodo el Rey fue asesorado por el obispo de Laud en asuntos religiosos y el conde de Strafford en asuntos políticos. Las acciones de Laud, que reforzó la hostilidad hacia los puritanos e introdujo en el anglicanismo prácticas de tendencia católica (o papista, en palabras de sus enemigos), acrecentaron el malestar interior hasta poner al país al borde de la insurrección.  Pero donde sí estalló la sublevación fue en Escocia, donde también reinaba Carlos y donde Laud también había intentado, introducir sus reformas. Los líderes rebeldes presbiterianos (calvinistas), organizados en un poderoso ejército y dirigidos por Alexander Leslie, se convirtieron en un problema imposible de resolver para el rey, quien no tuvo más remedio que llamar al Parlamento para poder imponer contribuciones y financiar la guerra. Como era lógico, éste se negó a colaborar con el rey y fue por ello disuelto al cabo de un mes (mayo de 1640): sería llamado “Parlamento corto”.

Sin embargo, el tiempo jugaba en contra de Carlos: falto de recursos, el monarca no podía afrontar la rebelión escocesa, y, más grave aún, los escoceses invadieron Inglaterra. Sin otra opción a la vista, el monarca convocó de nuevo al Parlamento, el cuál esta vez no se disolvería hasta1653. Este Parlamento largo, dominado por  burgueses y puritanos, aprovechó la debilidad de la corona para llevar acabo la destrucción del régimen absolutista, desactivando las instituciones creadas por Carlos y procesando a varios de sus principales colaboradores; en el tema religioso no hubo acuerdo entre  las tendencias predominantes: anglicanos y puritanos, cada una delas cuales pretendía imponer su visión de la Iglesia inglesa.

Esta pugna al interior del Parlamento fue aprovechada por el soberano cuando en1641 estalló una rebelión en Irlanda, territorio católico sometido hacía tiempo a Inglaterra. Al organizarse en Londres las fuerzas que aplastarían la insurrección, se planteó el problema de quién debía dirigir la lucha: si el rey, como siempre, o el Parlamento. Éste, receloso del poder de la Corona, exigió para sí el mando militar.  

Pero Carlos, cuya autoridad había sido ya limitada por el "parlamento largo", sabiendo que muchos parlamentarios no simpatizaban con los puritanos ni con el exagerado recorte del poder real que se había hecho, y considerando él mismo inaceptable que se le despojase del  mando de las tropas, decidió encarcelar a los dirigentes del Parlamento. Como éste se negó a entregarlos, el Rey acudió en persona con una escolta armada, violando así las tradiciones y la dignidad del recinto parlamentario. Los diputados que buscaba, escondidos en las afueras, incitaron a la población a la sublevación y Carlos tuvo que abandonar la ciudad a los rebeldes: se dirigió a organizar un ejército, acompañado del 40% de los diputados. Era el inicio de la Revolución puritana, la guerra civil.  

LA REVOLUCIÓN PURITANA.

En esta guerra civil se enfrentaron dos bandos: los Caballeros, partidarios del rey y pertenecientes principalmente a la gran aristocracia terrateniente, y los Cabezas redondas, defensores del Parlamento y en su mayoría de extracción burguesa. La lucha, igualada al inicio por la mediocridad de los jefes militares de ambos bandos, se definió por la intervención de Oliver Cromwell y sus "ironsides", un regimiento de puritanos fanáticos. Bajo su guía, el Parlamento obtuvo la decisiva victoria de Naseby. (1645)

Carlos huyó a Escocia, tierra natal de los Estuardo.  Sin embargo, sus compatriotas, irritados porque seguía negándose a modificar su política religiosa,  lo vendieron a los ingleses por  40.000 libras. En Inglaterra, por otra parte, el ejército victorioso acabó por tomar el poder: el Parlamento fue depurado y se impuso la condena a muerte de Carlos, cumplida el 9 de febrero de1649. Se iniciaba la República inglesa, etapa singular en la historia de este país.

LA REPÚBLICA INGLESA.

Cromwell


 Los hechos más destacados de este periodo inédito en Inglaterra fueron:

•La abolición de la Realeza y de la Cámara de los Lores.

• La lucha contra los rebeldes irlandeses, sangrientamente aplastados, y contra los escoceses, que fueron también vencidos.

• La proclamación de la unión definitiva de Inglaterra y Escocia.

• El establecimiento del Acta de Navegación, que establecía que las mercaderías que llegaran a Inglaterra solo podrían hacerlo en naves de su país de origen o inglesas. Los holandeses, especializados en el comercio de artículos de otras naciones, contestaron con la guerra.

• La creciente tensión entre Cromwell y el Parlamento, que culminó en la disolución de éste. El régimen degeneró en una dictadura militar cada vez más abierta, lo que lo hizo insostenible a la larga. En 1660, el hijo de Carlos I, refugiado en Francia, restablecía la monarquía en el país; Cromwell había fallecido 2 años antes.

LA RESTAURACIÓN MONÁRQUICA.

Carlos II


El nuevo monarca, Carlos II, fue notablemente más prudente que sus predecesores: en este periodo se reconocieron los derechos civiles fundamentales mediante la ley de Hábeas Corpus y continuó la obra de fortalecimiento naval. Por entonces aparecieron las dos grandes tendencias políticas que dominarían la vida política del país en los siguientes siglos: los whigs, partidarios de someter en la mayor medida posible la autoridad real al control parlamentario, y los tories, más favorables a un poder monárquico robusto. De aquí surgirían, siglos más tarde, los modernos partidos Liberal y Conservador, respectivamente.

En el exterior, su política se orientó a un entendimiento con la Francia del Rey Sol, con quien llegó a negociar su conversión al  catolicismo a cambio de financiación. El compromiso se cumplió en el lecho de muerte del monarca, quien no dejó herederos directos y fue sucedido por su hermano, Jacobo, duque de York.

LA REVOLUCIÓN GLORIOSA DE 1688.

Jacobo II
Jacobo II se enemistó pronto con el Parlamento, con la iglesia anglicana y con las clases populares. Una maniobra desarrollada en los inicios de su reinado para apartarlo del poder dio origen a una despiadada represión; a ello se sumó la cada vez más abierta preferencia del monarca por los católicos, que llegaron a ocupar algunas de las posiciones políticas y académicas más relevantes del país. Pero fue el nacimiento de un heredero varón al trono lo que hizo estallar el descontento. Temiendo que se estableciese en el trono de manera definitiva una dinastía católica y absolutista, los opositores llamaron a la hija del rey, María, casada con el holandés Guillermo de Orange, para que asumiese la corona. Ante la invasión de Inglaterra por Guillermo, Jacobo huyó a Francia, donde falleció en 1701. A este derrocamiento, virtualmente incruento, se le denomina “Revolución Gloriosa”.

Guillermo de Orange y Maria Estuardo.


El Parlamento procedió a coronar de manera conjunta a María y a Guillermo como nuevos reyes de Inglaterra. Ambos a su vez emitieron documentos fundamentales como la Declaración de Derechos y el Acta de Tolerancia, que hacían imposible un retorno a las políticas de Jacobo II. Así, la Revolución Gloriosa tiene la trascendencia de haber hecho triunfar de manera definitiva la monarquía parlamentaria, en oposición al Absolutismo.


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