Ejemplo de Comentario de texto de Platón.
Comentario de Texto del Libro VI de La República de Platón.
Entonces, lo que aporta la verdad a las cosas
cognoscibles y otorga al que conoce el poder de conocer, puedes decir que es la
Idea del Bien. Y por ser causa de la ciencia y de la verdad, concíbela como
cognoscible; y aun siendo bellos tanto el conocimiento como la verdad, si
estimamos correctamente el asunto, tendremos a la idea del Bien por algo
distinto y más bello que ellas. Y así como dijimos que era correcto tomar a la
luz y a la vista por afines al sol pero que sería erróneo creer que son el sol,
análogamente ahora es correcto pensar que ambas cosas, la verdad y la ciencia,
son afines al Bien, pero sería equivocado creer que una u otra fueran el Bien,
ya que la condición del Bien es mucho más digna de estima.
En este comentario me centro sólo en la Idea Principal del Texto.
Como podéis comprobar, la idea principal, está bastante
ampliada para que os sirva de guía. Recordad, es sólo un ejemplo y todos
podemos añadir matices. ¡Buen trabajo!
Lo primero que hay que hacer con un texto es leerlo.
Parece una obviedad, pero no lo es. Una lectura detallada, subrayando términos,
haciendo acotaciones en los márgenes sobre las ideas que se propongan, es la
labor de despiece que va a permitirnos ordenar nuestras ideas. Normalmente, los
párrafos suelen desarrollar una idea o como mucho dos (una central y otra
explicativa), sin embargo Platón es especial para enredar las cosas. Vamos,
entonces, a ir despacito en este análisis preliminar.
Vamos a ir leyendo y a fijarnos en los términos que van apareciendo y que nos
suenan a filosofía: verdad ; cosas cognoscibles ; Idea del Bien.
Hasta aquí está introduciendo una tesis. Seguimos: ciencia ;
cognoscible ; conocimiento.
Aporta una explicación de la tesis, aclara alguna de las características de esa
Idea de bien.
Ahora pasa a un recurso muy utilizado en su obra: las metáforas (los símiles);
los términos más significativos son: luz ; vista ; sol (y yo,
incluso, señalaría “análogamente”). Mediante esta analogía pretende aclarar,
aún más, las características de la Idea de bien y concluye que la condición del
bien es mucho más digna que cualquier otra cosa.
Con todas estas ideas debemos de construir el tema del Texto. Pero, vayamos por
partes y tratemos de definir los términos subrayados que nos van a aclarar por
dónde meterle mano a la justificación.
Sólo con mirar los dos términos, ya sabemos que tendremos que enfocar la
justificación vía Epistemología, pero no podemos olvidar que el fundamento de
la misma está en la Ontología (así que también habrá que incluirla) y de nada
serviría todo esto, si no tenemos presente la última intencionalidad del sabio,
que como síntesis final habrá que incluir (debemos de redactar esta pregunta
durante media hora, si queremos hacer una distribución racional del tiempo
total que es hora y media, así que a afinar el lápiz.)
a) Explicación de las dos expresiones subrayadas
La definición de la Idea de BIEN. La Idea del Bien es lo
máximamente real y, por ello, causa de lo verdadero. Si algo es máximamente
real no puede por menos que imponerse al intelecto humano, que desea, anhela,
encontrar la verdad para andar firme en el Cosmos, como el objeto de nuestro
conocer. Por ello causa la verdad, porque nos ilumina en ese camino de
búsqueda.
Como vemos, la Idea de Bien es principio ontológico y principio
epistemológico y sus características serían las de cualquier Idea
(recordemos que poseen las mismas características que el Ser de Parménides
–incluida la rectificación de Meliso de Samos-), sólo que la Idea de Bien las
tendría en grado sumo porque es definida como el Dios del Mundo inteligible.
Este carácter especial es el que la encumbra hasta la cúspide del Mundo
Inteligible y lo que lleva a Platón a establecer una jerarquía, un orden,
dentro de este otro mundo trascendente. Las metáforas que utiliza en La
República para referirse a la Idea de Bien es “el sol del mundo
inteligible”, para ilustrar cómo es causa “vital” (causa ontológica) y cómo es
causa de que podamos “ver” lo realmente real (causa epistemológica). Pero
además, se presenta como causa de la bondad de las acciones privadas (causa
ética) y de las públicas (causa política). De este modo, vemos cómo,
efectivamente, la idea de Bien es la “piedra filosofal” sobre la que Platón es
capaz de organizar todo un sistema de pensamiento que va a tener como meta
principal la construcción de un Estado Ideal que toma como principio rector la
Justicia.
Pasemos a definir CONOCIMIENTO. Es difícil hacer una definición sin solaparse
con lo que después vamos a tener que trabajar en la Justificación, pero se
puede. Utilizando conocimientos de cursos anteriores, podemos decir que
“conocimiento” es el resultado de la actividad de conocer y “conocer” lo hemos
definido como aquella actividad que tiene como objeto la aprehensión de un
estado de cosas, de tal forma que puede ser compartida o comunicada a los
demás.
Desde Parménides el conocimiento se plantea como un problema, pues existe la
tendencia natural en el ser humano a confundir el conocimiento de la verdad con
la mera opinión, o es más, con la falsedad o contradicción. Esta es la raíz del
problema que hereda Platón: hay que fundamentar el conocimiento en la verdad
para que el acuerdo entre los seres humanos sea posible.
El antecedente inmediato de este problema lo encuentra Platón en su maestro
Sócrates y su lucha contra el Relativismo Sofista.
¿Es posible hablar de un conocimiento de verdades? Para Platón sí es posible y
es el que alcanza nuestra alma racional teniendo como objeto de estudio el
mundo inteligible. En este sentido, el conocimiento es una actividad
intelectual que reside en la parte racional del alma (no habla Platón aún de
psique en el sentido actual) y que se puede alcanzar de tres formas
complementarias: gracias a la dialéctica, gracias al recuerdo y gracias al
Eros. Esto es lo que habrá que explicar en la Justificación.
b) Exposición de la Temática ( ideas principales y secundarias)
Idea Principal: La condición de la
Idea del Bien es más digna que el conocimiento y que la propia verdad, pues
aquella es la causa de éstas.
Con esta caracterización, Platón adelanta qué entiende por la Idea del Bien y
la propone como aquella realidad causa del verdadero conocimiento. Sin embrago,
nos advierte que no se puede confundir lo que causa algo (lo que causa
conocimiento) con ese algo (con el propio conocimiento); en esto reside la
dignidad del Bien. Y para aclarar su pensamiento vuelve a proponer una
“analogía”: equipara el Sol con la Idea del Bien y la luz con el conocimiento.
Mi propuesta es la de analizar las ideas
presentadas en el texto y proponer, seguidamente, el tema del texto. También lo
podéis hacer como lo he hecho en este ejemplo, empezando por la temática y, en
punto y aparte, exponer las ideas complementarias)
c) Relación con la posición
filosófica del autor
Estamos ante un texto de marcado carácter Epistemológico pues gira entorno a la
noción de Idea del Bien, que es la causa del verdadero conocimiento, según
Platón.
La República es concebida por el autor como el diseño de un Estado ideal, una
ciudad justa. Pero esta posibilidad necesita definir y encontrar la justicia
entre los propios ciudadanos: un estado solo será justo si lo son sus
ciudadanos. Esta es la gran tarea de este diálogo.
Este fragmento perteneciente al libro VI, comienza introduciendo el núcleo que
permitirá desarrollar los ulteriores argumentos platónicos: en qué consiste la
Idea suprema o Bien.
Si comentamos el estudio del Ser Supremo, como Platón llama a la Idea del Bien,
tendremos que especificar su Ontología, porque se trata de la máxima realidad,
de lo máximamente real.
Según Platón, nosotros no somos más que fragmentos de ese ser Supremo, podemos
participar de su realidad, es decir, parecernos al Bien y, de esta forma,
conseguir ser justos. ¿Cómo queda estructurada, entonces, la realidad?
Para contestar a esta cuestión aparecen en el Diálogo dos metáforas: la
Alegoría de la Línea y el Mito de la Caverna.
La descripción que hace en el Mito de la Caverna de la estructura de lo real es
bastante llamativa y le sirve para exponer lo que conocemos como la Teoría de
las Ideas. En esta teoría ontológica, divida Platón el mundo en dos ámbitos:
- el ámbito visible, que no está compuesto por la auténtica realidad, pero que
es que nos dictan nuestros sentidos, y
- el ámbito inteligible, en el que de una manera real, y no como meros
conceptos, se hayan los modelos que dan unidad a la multiplicidad y al caos que
definen a nuestro mundo. Estos modelos son las Ideas y presentan las mismas
características del Ser de Parménides (eternas, inmóviles, etc.).
Por esta presentación se habla de Dualismo Ontológico. Lo curioso es que admite
cierto grado de ser dentro del mundo sensible (en contra de las enseñanzas de
Parménides), ya que aquellas cosas que se parecen a las Ideas, las Copias, son
buenos candidatos al título de “ser” y son la base desde la que organizar la
búsqueda de lo verdaderamente real. Por debajo de este nivel, estarían las
sombras que son sólo eso, un reflejo de lo que puede decirse que se asemeja a
la auténtica realidad. Con esta estructura, Platón hace una pequeña concesión
al maestro Heráclito y admite un “ser relativo” dentro del mundo sensible.
El mundo inteligible, se divide a su vez (como nos cuenta en la alegoría de la
línea) en dos ámbitos. En el más básico nos encontramos con el universo de las
matemáticas, con los particulares inteligibles que se construyen
intelectualmente a partir de la multiplicidad mediante lo que podríamos llamar
un proceso inductivo. Pero este ámbito o región de lo inteligible tiene un
carácter “propedéutico”, podríamos decir que es preparatorio para alcanzar el
nivel de la auténtica realidad: las Ideas. Una vez situados en este ámbito
definitivo, habla Platón de la Idea del bien, como si del dios de este mundo se
tratase.
Esta es, en resumidas cuentas, la presentación de los niveles de realidad que
hace Platón en La República, pero ¿para qué esta división?
En su intento de construir ese Estado ideal, necesita Platón definir las
virtudes que van a hacerlo posible, en concreto necesita definir la Justicia.
¿Y cómo es posible esa definición si heredamos de la sofística la imposibilidad
de llegar a definiciones comunes dado que la verdad es relativa o, como decía
el sofista Protágoras “el hombre es la medida de todas las cosas”? Volvemos a
la afirmación parmenídea de que el pensar necesita lo estable. Siguiendo a su
maestro Sócrates, el conocimiento verdadero es posible siempre que verse sobre
lo que es real. Si definimos qué es lo real tendremos abierto el camino para
encontrar el conocimiento verdadero, por eso Ontología y Epistemología van de
la mano en el pensamiento platónico.
Después de esta larga introducción, analicemos el texto desde la filosofía del
autor.
Utiliza Platón el recurso metafórico para explicar su posición respecto a la
Idea del Bien. Esta Idea es como el Sol que ilumina el mundo Inteligible: se
haya en lo más alto y es causa de vida. Su luz nos permite distinguir unas
realidades de otras. Efectivamente, el Bien es ese astro rey o el Dios del que
depende todo cuanto existe ya que algo será más real cuanto más se asemeje al
Bien, cuanto más participe en él. Por ello hay un gradualismo en la teoría de
las Ideas, una jerarquía de realidades que se ordenan de acuerdo con el grado
de participación que tengan en la idea de Bien. Lo que no se puede confundir es
el Bien con los beneficios que causa, es decir, lo máximamente real es causa
del conocimiento pero no es conocimiento (podríamos decir que no lo necesita).
Esta es la tarea que tiene Platón en este texto, enseñarnos que una cosa es el
plano ontológico y otra cosa es el plano epistemológico, uno y otro se
corresponden pero no se identifican.
Para terminar hagamos una presentación rápida de la teoría del conocimiento de
Platón.
En su famoso símil de la línea, establece Platón cuatro secciones en las que,
de manera proporcional, se observa mayor y menor realidad, mayor y menor
conocimiento:
- La región visible de la que sólo cabe construir Opiniones (DOXA) y que no
fundamenta un verdadero conocimiento. Esta región esta formada por dos tipos de
objetos: las Copias (que se parecen a las Ideas), que son el objeto de
creencias (PISTIS); y los Simulacros (copias de copias y que no se parecen a
las ideas), que son el objeto de la Imaginación (EIKASÍA).
- La región Inteligible en la que es posible el Conocimiento o EPISTEME. En una
primera sección, la que corresponde a los objetos matemáticos, se desarrolla el
razonamiento matemático o DIANOIA, y en la sección donde están los universales
inteligibles se desarrolla el pensar dialéctico, también llamado NOUS.
¿Cómo podemos, viviendo como vivimos en el mundo sensible, llegar a la
sabiduría? Según Platón, la educación de los ciudadanos puede conducirnos hasta
este nivel y será la utilización del método dialéctico, tal y como vemos que lo
utiliza el personaje de Sócrates en los Diálogos, el que nos conducirá hasta la
morada del Bien. No obstante, el ser humano tiene una constitución dual: es
unión accidental de cuerpo y alma. El alma está dividida en tres partes: parte
racional, parte irascible y parte concupiscible. Sólo la primera parte, la
parte racional, tiene una constitución especial que procede de su carácter
inmortal. Pues bien, gracias a la parte racional el ser humano está en
disposición de reconocer aquellas cosas del mundo sensible que se parecen a las
ideas y empezar, a partir de aquí, ese camino de ascenso hasta la sabiduría
(conocimiento del Bien). Este reconocimiento es posible porque dado el carácter
inmortal del alma, su morada natural es ese mundo inteligible, también eterno,
y con ocasión de su vida anterior en este mundo conoce la auténtica realidad.
El problema es que al unirse al cuerpo olvida por las muchas preocupaciones que
le ocasiona la supervivencia del cuerpo. El control de la parte racional que
opera con prudencia sobre las otras dos partes del alma, haciéndolas trabajar
con Moderación y Templanza, consigue hacerla “recordar” cuáles son los modelos
de los que sólo observamos copias. El deseo, el amor hacia el saber, nos
conduce hacia lo que naturalmente nos es propio: el Bien; y sólo así el hombre
justo fundará la ciudad justa.
(Como comprenderéis no hay una única justificación. Hay quien puede optar por
tratar más por encima la parte de la ontología y poder introducir algo de la
política. Deberíais ser capaces de entender todo lo que he argumentado y de
seguir la argumentación. Si queréis utilizar más referencias al texto, está
bien pero no olvidéis justificar cualquier referencia con teoría.)
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